esa mañana en particular
pesaba fría sobre la luz matinal
gélida como séptima noche en plutón
esa mañana en la que desperté
acostado en mi cama
me acosaba la desgana
sábanas hirvientes
aniquilaban todo intento de deshorizontalización
pues de ellas brotaban las más placenteras sensaciones
pues de ellas borboteaban mil placeres de ensueño
cálido como una tarde en el sol
yacía recostado en una playa de roca fundible
a los pies de un mar de magma
desde el abismo más interno de mi refugio antiaéreo
asomaban mis ojos
lo observaban todo
mi nariz alborotadora se lucia como un volcán en erupción sobre las mantas
exhalando vapores condensantes y disolubles en la cruda atmósfera circular
me pareció ver un cristal de hielo volando
hace frío afuera