sentate cerca de la
ventana
en plena noche
y mirá.
contemplá el
silencio,
escuchalo y sin preguntarte
preguntate
si el silencio es una ausencia
no escuches lo que
dice,
sentí ese impulso
incómodo
de tirarte por la
ventana
de jugar con las
sombras
y perderte en la
bruma de la noche,
de ser salvaje y
clandestino
aunque sea una vez
recorré las calles
bajo la lluvia
que te traguen la esquinas
que te devoren las sombras
reí hasta que llores
hasta que la última gota de aire
abandone tu cuerpo hilarante
y entonces
abrí
perdete en la magía
del océano
que se parte
adentro tuyo