las mismas preguntas
surgen en el techo
cuando quiero dormir
y me levanto para
espantarlas
y mirá como huyen
y se despluman y
cocoroquean.
Las palabras…
que sirvan para
herir
herir de muerte
a la mente misma.
que piquen
con ese picor
perpetuo
que solo el recuerdo
concede.
que esas barcazas
no encallen nunca
su zozobrar
en las penumbras de la noche
de la noche más
oscura
del mundo más lejano
del cielo más profundo.
del cielo más profundo.
no sirven si calzan bien,
si riman, si son redondas.
tienen que arder.
arder infinitamente
deben!
es su deber desencajar,
ser desprolijas e
irreverentes
y abrirle un tajo
a todo lo que dure,
a lo inmundamente
eterno.
deben perforar el
alma
como una bala de cristal
como una bala de cristal
a ver si atrás de
todo mierda
estamos todos
o está dios
o está la nada misma
carajo