encontraba en las palabras
el pesar de otros.
mi pesar.
la joya de otros.
mi joya sagrada.
la marea abstracta
de las palabras
supo erosionar, sin cesar, la piel engrosada de mi alma.
que de tanto andar en recuerdos y pensares
perdió el sentido de lo auténtico y encalló en una costa infame.
se desató entonces, el ave que llevo dentro.
precipitó entonces, el cristal que latía en mí.
pero ahora,
inmundas letras,
a ustedes les digo,
colmo mis labios
con sonidos guturales,
babeo escombros de lo que alguna vez
edifique con símbolos.
harto, insatisfecho.
las escupo en el suelo.
cepillo mis dientes buscando borrarlas.
mi mente vagabundea sin rumbo,
ebria de sílabas y números,
agotada de querer ser. de mirar el dedo que apunta.
la observo atónito,
arrastrarse en la podredumbre del exceso,
manoteando botellas de palabras vacías,
intentando arrancarles una gota más.
prostituida ya.
harto.
vuelvo al silencio.
a ver si me arrimo
a las plantas,
a los minerales,
al aire que respiro.