para martillar algún oído . cornear algún ojo . descerebrar aunque sea una cabeza en la embestida
charlas
decían los ancianos
que antes
antes del cosmos
muy antes
todos estábamos infinitamente entrelazados
infinitamente increados.
éramos infinitos embriones suspendidos
dentro de una única matriz desdibujada.
todos pulsantes, todos pudientes.
no existían ellos, ni nosotros
ni esto ni aquello.
el tiempo increado
el espacio inexpandido
latían como púlsares
en la mente impensada
de una existencia incognoscible e inagotable.
estamos presentes
dicen ellos
pero como se presentan las olas
en el vasto océano
arriadas por fuerzas incomprensibles
todos indefinidos
cambiantes e irreversibles.
creen
aún dicen
que nunca dejamos de serlo
que nunca dejamos de ser aquello
que nos creó sin crearnos
pues no había tiempo
ni espacio
pues aquello es eterno
y lo será siempre
aquello es
esto
y más.
nos rodea
nos abarca
nos atraviesa.
y entonces siento
que quizás seamos tan solo
un espasmo
un relámpago
un contracción
un pensamiento
un destello
nada
solo algo maravillosamente fugaz
solo algo fugazmente eterno
pero profundamente necesario
e irreemplazable
algo
inevitable
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