a veces me sirve erguirme
erigirme
sobre la mesa del juego
del mecánico juego
que juego
que juego
estacarme ahí .
y disolverme a gritos con las cartas .
sin vueltas
me destripo ahí nomás .
me dinamito .
entonces
.con la mirada iracunda y sin parpadear
.me concentro en el aire que respiro.
en la atmósfera que me inspira
y espero estático
impávido
al primer pensamiento que venga
para darle un buen mazazo en la nuca
(a la Mammamía)
Y hacer un desparramo de cartas y quemarlas y no dejar ninguna y buscar a la que se esconde abajo de las cortinas y a la miedosa que huye...
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