por si acaso




pero es que acá adentro mío
no hay infiernos tan profundos
ni cielos tan altos
todo está acá en la misma esfera. Sobre la misma mesa.
. tirarse al mar y flotar
es soñar despierto y admirar
la intemperie, el entorno escurridizo
de un bravo mundo.
donde están (?)
las tormentas
donde están  (?)
los amaneceres
. éstas palabras no soportan
el peso de lo que son, ni de todo lo que nunca
llegarán a ser.
mirá..
mirá te digo, cómo bailan
las hebras de la vida entre las sílabas
y burlan sus paréntesis.
mirá la cadencia muda
con la que esa hoja se precipita,
hermosa y muerta al mismo tiempo.
qué dirían esos espacios, si pudieran hablar
si pudieran contar lo que hay adentro mío.
rugirían como fieras salvajes que son,
fases etéreas de lo que soy por momentos,
en lo que me convierto de a poco,
cuando el silencio me acuna;
a veces entre sus labios
a veces entre sus colmillos.
                                            soy el mundo que me rodea.
 y es que acaso, las palabras quedarán.
incluso después de nosotros pero…
sólo hasta que la última hoja
del último ejemplar
del último libro
arda en las llamas del olvido.
entonces, después qué?
qué quedará de nosotros después de tanto escribir
de tanto discutir, hablar, pensar, reflexionar
después de tanto sentir.
allá en el fin de los tiempos
cuando esto sea un vasto espacio imperceptible
qué habrá?
habrá el vértigo y la belleza?
permanecerán viva la consciencia

y lo que nunca supimos decir?      




difuvyhaivdf



decime eso que me ibas a decir, querido alguien, aunque vos digas que no tiene sentido, que no querías, que son cosas sin sentido, que hubieras querido callarte. Pues, amigo, mantenés mi vigilia en vilo y mi esperanza no tiene límites. Espero esas palabras como espera uno a la muerte o al amor; mirando estúpidamente en algún mañana. Mientras permanecemos anclados, porque el tiempo no da tregua y nuestra gente se distrae y se destruye y ya no hay tiempo. Es que el andar de lo cotidiano se cuela sutilmente entremedio de todo y encontrarse ahí es, no sé... insoportable, la información aplasta, confunde, que se vaya todo a la puta que lo parió a veces. Pero pertenecemos al tiempo, no? pese o no, qué puedo pensar?. Somos carne, somos antagónicos, la materia de la antimateria, acá en la tierra. Y la carne se pudre entendés?, qué sé yo, la puedo oler a veces, la siento acecharnos cada tanto, cuando la muerte camina cerca. Y pararlo es la meta última (al tiempo digo), quizás frenarlo un instante, mirar detrás de él, por sobre sus hombros, detenerlo, que sea más, que sea eterno.
   Para cualquiera que se esté buscando donde yo me busco y vos también, vale la pena perder el tiempo así. Es que sabrás ya, que los buscadores acaso no buscamos, esa es nuestra verdadera fuente de poder, nuestra gran contradicción, la gran mama de la que mamamos. Y es también el final, es el último acto total. Nos vamos a pudrir, y hay que partir es pared espiritual que nos separa del mundo. Y sabrás también, que hay una dimensión que se está abriendo, que estamos abriendo entre todos, lenta pero inexorablemente, con toda el alma. Porque no somos tantos pocos, mirá alrededor y decime. Las paredes hablan. La mirada de la gente grita. Seremos cada vez mas, te lo aseguro aunque colapse todo a la mierda. vos me entendés


nelmioletto



las mismas preguntas surgen en el techo
cuando quiero dormir
y me levanto para espantarlas
y mirá como huyen
y se despluman y cocoroquean.

   Las palabras…
que sirvan para herir
herir de muerte
a la mente misma.
que piquen
con ese picor perpetuo
que solo el recuerdo concede.
que esas barcazas
no encallen nunca su zozobrar
                  en las penumbras de la noche
de la noche más oscura
del mundo más lejano
del cielo más profundo.

no sirven si calzan bien, si riman, si son redondas.
tienen que arder. arder infinitamente
 deben!
es su deber desencajar,
ser desprolijas e irreverentes
y abrirle un tajo a todo lo que dure,
a lo inmundamente eterno.

deben perforar el alma
como una bala de cristal
a ver si atrás de todo    mierda
estamos todos
o está dios
o está la nada misma



carajo






si



si
es mágico andar descalzo
resolver un crucigrama todosolo
volar a otro país sin guita.
y todo eso.
pero sabe usted Sr. Arcipreste
que es más sagrado para mí?
leer y no entender nada
nada ahora
pero si después.
llegar al final del rompecabezas
y notar que la última pieza… no sé
se la masticó permacosita o se mojó
inmisciblemente en vinotinto.
y entonces sospechar
que así es como se supone que es.
ver, por fin, que oculta en la ausencia
acechando en la nada
está la pieza que falta
que las ventanas se abren
de formas misteriosas
pordoquier


crepúsculo



quiero vivir
en un quinto piso
donde la ventana dé al edificio de enfrente.
me asomaría y contemplaría el callejón que se desenvuelve allá abajo.
justo después de la tormenta.
si fumase, me fumaría un pucho mientras el sol
desplomándose en el horizonte
cede paso a una nueva noche.
los fantasmas se preparan,
las velas parpadean.

hay algo en la transición
que me obliga a escuchar.
aquellos quienes 
se sumergen en lo desconocido
bailan de un mundo al otro
y ríen con más fuerza debajo de la arcada
justo antes del comienzo.
justo antes del final.



eso instantáneo



sentate cerca de la ventana
en plena noche
y mirá.

contemplá el silencio,
escuchalo y sin preguntarte
preguntate
si el silencio es una ausencia

no escuches lo que dice,
sentí ese impulso incómodo
de tirarte por la ventana
de jugar con las sombras
y perderte en la bruma de la noche,
de ser salvaje y clandestino
aunque sea una vez

recorré las calles
bajo la lluvia

que te traguen la esquinas
que te devoren las sombras

reí hasta que llores
hasta que la última gota de aire
abandone tu cuerpo hilarante
y entonces
abrí

perdete en la magía
del océano que se parte
adentro tuyo



las ruinas



si hay que empezar de nuevo
aniquilemos quien fuimos
           sin temor
         y empecemos.
       absolutamente.
   por última vez.

glorifiquemos la locura,
          el valor de verse caer y afrontarlo si remedio.
                                           sin esperanzas ni deseos

reencontrarse con lo básico es el camino.

las necesidades siempre fueron las mismas.

   si encendemos un fósforo,
  si prendemos un fuego,
que se consuma bajo las llamas
        cada rincón donde habitan los recuerdos.

prendamos fuego eso que fuimos
     y volvamos a empezar.
hay que arder intensamente.
         
           no hay tiempo

hay que devorarse los bosques,
los mares, las montañas.
romper los cielos,
tocar lo intocable
palpar lo impalpable
y  morir masivamente dentro de uno,
         morir sin dejar huellas
   morir por última vez.
                     ser destrucción
                        y brillar

                                 infinitamente



la corbata



la reflexión no será suficiente.
hay que sacrificar otras cosas,
sacar a flote valores olvidados.
descentralizar la mente y dirigirla
a rumbos imposibles.
quitándole vida a lo inerte naturalmente
quizás recuperemos el terreno perdido.
esto es opresión, galán. la corbata te aprieta.
el blanco y negro te va, pero acá no es así.

las dudas nos tragaran,
la materia respira y ejerce
cierta gravidez a nuestro andar.
si pudiera vincular ambos limbos,
trazar un puente imaginario
entre las fuerzas que no veo y este mundo,
vería que más allá del río que fluye
las tierra se construye.
esto es un hecho, un río nunca partirá
el mundo en dos.
pero deja cicatrices.
pudre estructuras.
purifica.

prestale atención
a las sutiles diferencias,
al color de la yerba cuando se seca
a las sombras que se mueven durante el día

si hacemos un balance
entre un miércoles y un viernes
sabé que hoy, jueves, es ese punto intermedio
en el que todo está que se va a la mierda y no.

trepemos a los techos,
que nos traga la duda.

la aurora se asoma
solo hay que ser paciente
y luchar por sobrevivir.

sonreí, como si no te importara
hace de cuenta que nada importa
las cosas pesan lo mismo en el vacío


sor dumont






sus ojos no darían crédito de lo que estaba pasando,
el imponente glaciar los atravesaba sin tregua dejando un valle de esplendor a su paso.
el frío .  
la inmensidad.








... y de su pecho el fuego que brota encuentra su par en las densas profundidades de aquel abismo azul.
Su ser se abre ante él, se quiebra como el hielo y ríe,  
porque se encuentra en cada hoja, en cada ola, en cada nube.-

Tras bambalinas