no tiene sentido hablar
todo se cae
todo se desnuda ante mis ojos
mi propia imagen mi cara se derrite.
todo se precipita
en el interminable mar de mis días.
los cuento de a uno, como si fueran perlas
para tener más y meterlos en una
cajita, no sé… quizás algún dia…
pero no, ya no quiero días
no quiero que vengan, ni que se vayan
no los quiero ver pasar más,
ni los quiero esperar.
ya no quiero esperar nada de ellos.
no quiero pedirles que sean más,
que se queden a dormir
o a cenar
que
tengan piedad, no.
me quiero acá
conmigo
gritando
fracturando la cáscara desde adentro
donde está el núcleo
donde está lo indecible
donde todo es posible
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