la palabra






no hay palabra que sobreviva,
ninguna que vuelva
del suave susurrar del alma.
el llamado es más urgente
deben perforar la realidad.
destruir su blindaje.
brillar en mil esquirlas.

estan hechas, 
nacieron,
para dar batalla
aniquilar
y aniquilarse
por nosotros
dentro nuestro.

de pie ellas
enfiladas
como cadenas que descienden en lo profundo,
preparadas e innegables
llenas de éxtasis,
drogadas de miedo,
avanzan
con sus patitas 
y cara de cayendo en el vacío.

irremediables

inconmensurables

divinas









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Tras bambalinas