mente demente

  La demente… Siempre está escondida en mi sombra, arrastrándose como un roedor, reptando silenciosa esperando el momento justo para levantarse y decirme al oído esas palabras vacías e irracionales que ya estoy cansado de oír. Pero que siempre me paralizan los músculos, me frenan en seco contra mi voluntad y me hacen dar un paso atrás, dudoso, hasta que el momento pasa escurriéndose entre las grietas de la inseguridad. Entonces vuelve a las sombras y me deja parado, trémulo de ira, con el recuerdo amargo de lo que pudo ser y esa sensación familiar, de vacío insoportable, impotente, derrotado. Dentro de mí, el fuego remplaza la sangre que corre por mis venas. Me quema por dentro y carboniza lentamente los últimos vestigios de decisión y determinación que antes colmaban mi alma. Quiero ponerle fin, ignorarla eternamente.  
  Sé que no tiene razón, mas siempre logra detenerme. La siento levantarse, implacable , la veo venir de reojo y comienzo a ceder, hasta que cierra ante mí las puertas del horizonte, sin permitirme siquiera escalar sus altas montañas ni recorrer sus profundos valles. Sin nada que decir me quedo de pie del lado de la puerta que no quiero ver.  Entonces la miro reflejada en mis ojos, negra como la brea y entiendo que tengo que dejarla hablar, nomas, debo dejar de escuchar las locuras que me dice, esas palabras carentes de razón e ideas sin imaginación y demostrarle que estaba equivocada, que no la necesito y que ya no voy a dejar de caminar. Dispuesto a todo voy a recorrer el horizonte ante mí y nada me detendrá jamás.

  Lograré que el fuego, aquel que me consumía, avive las llamas de mi voluntad y determinación. Los vientos,  que antes me hacían entrecerrar los ojos, se convertirán en tempestades a mi favor, barrerán con todo adelante y me impulsaran hacia los confines de mi ser. Ese día, el sol llegará a su cenit, entonces las sombras desaparecerán y podré, por fin, verla a los ojos mientras las puertas ceden ante mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tras bambalinas